sábado, 28 de diciembre de 2013

EL DÍA QUE AMALIA PÉREZ DÍAZ ME SALVO LA VIDA



(Carta Abierta de fin de año, dirigida al liderazgo responsable que existe en el oficialismo y en la Alternativa Democrática...)

Corrían los tempranos años 80. Una pequeña multitud contenía la respiración en la semipenumbra del Teatro Las Palmas. Allí, en la escena, una contundente Elvira Ancizar, personificada por Doña Amalia Pérez Díaz, zahería con burlas y compasivas malquerencias a un atribulado Pio Miranda que -encarnado magistralmente por Fausto Verdial- juraba y perjuraba que trasladaría su desgarbada humanidad desde la pensión en que residía, ubicada en la catiense subida de Gato Negro, hasta un koljoz remolachero en Ucrania, adonde se llevaría a María Luisa -su novia y hermana de la incrédula Elvira- para que sus hijos no nacieran “en esta equivocación de la historia”. Si, veíamos “El Día que me Quieras”. El rítmico texto de Cabrujas y la extraordinaria veracidad de las actuaciones mantenían en vilo a todos los que estábamos allí, embrujados por la historia, la poesía, el ingenio... cuando, bruscamente, todo cambio.

 
El mundo “se fue a negro”: Todas las luces se apagaron, un fuerte olor a quemado invadió la sala, y las lámparas de emergencia colocadas sobre las puertas de salida dieron un toque siniestro a la situación. La agitación, a punto de convertirse en pánico, recorrió las butacas y alteró semblantes, cuando desde la total oscuridad del fondo de la escena se oyó la voz firme de Doña Amalia: “Señoras y señores, la función debe continuar”. Luego la voz, tranquilizadora y demandante al mismo tiempo, dijo la frase correspondiente del texto que daba pie al otro actor a pronunciar su parlamento, y seguir así con la obra. De esa manera estuvimos oyendo sin ver el montaje teatral convertido en novela radial por unos minutos, los necesarios para que el personal de la sala abriera las puertas y procediera a evacuar ordenadamente el aforo.


Salimos, cruzamos la avenida, nos colocamos frente a la fachada del teatro… y de repente empezamos todos a aplaudir, conscientes de haber sido salvados por el temple de esa gran dama cuya voz serena contuvo los terrores que en el alma humana siempre resurgen ante la mezcla de oscuridad y peligro de fuego. Allí nos quedamos, aplaudiendo y gritando “¡Bravo!” una media hora, tiempo suficiente para que los bomberos se hicieran presentes, conjuraran la causa del desperfecto, determinaran que la sala era ya segura y los diligentes guías nos invitaran nuevamente a pasar a su interior, donde estuvimos hasta que los acordes finales de La Internacional dijeron a María Luisa Ancízar que -aunque tuvo la gloria de conocer a Gardel- jamás sembraría remolachas en estepas ucranianas. La cerrada ovación de pie premió esa noche la belleza del texto, los aciertos de la dirección y el desempeño de los actores. Pero además reconoció la gracia y valentía de una gran señora que, en medio de la oscuridad, supo convocar a la serenidad y al coraje.


2014, EL AÑO EN QUE DEBEMOS SALVARNOS ENTRE TODOS

Comparto este recuerdo no sólo porque es hermoso, y por eso constituye un buen regalo de Navidad y Año Nuevo para los lectores. Además de hermoso, ahora es útil y pertinente, pue así como Doña Amalia Pérez Díaz actuó con valor ante la oscuridad y la amenaza, y supo promover asertiva serenidad en la conducta de los asistentes a aquella velada a punto de transformarse en desastre, también hoy, en el umbral del 2014, los venezolanos debemos actuar con serena valentía ante un panorama en que los tintes oscuros, es preciso decirlo, no están de un único lado.


No se trata sólo de que el país ha perdido ya la cuenta de las devaluaciones que nuestra moneda ha sufrido durante el 2013; No se trata únicamente de que el precio interno de la gasolina (que, efectivamente, es un regalo) dejará de serlo para nuestro pueblo, mientras nuestro petróleo seguirá siendo regalado a gobiernos -que no a los pueblos- que son socios políticos del gobierno venezolano en el exterior; No se trata sólo de que 2013 cerrará con más de 24 mil venezolanos asesinados por el hampa, o de que enfermedades como la malaria estén ya a las puertas de Caracas tras haberse comido medio país. No. La situación es mucho más grave que todo eso.


Lo grave del asunto es la continuada y amarga falta de amor con que nuestro país es maltratado por ambos extremos de la polarizada escena política: Mientras en el extremo oficialista creen que mantenerse en el poder justifica el sacrificio de cualquier cosa (desde la calidad de nuestras escuelas y hospitales hasta la vida de nuestros policías y la ruina de nuestros comerciantes; desde vulnerar la estructura republicana de estados y municipios hasta afectar severamente la credibilidad del Banco Central, en fin...), en cierto extremo opositor consideran que doce meses sin elecciones son oportunidad propicia para mandar al cuerno los avances logrados y precipitarse, cuchillo en mano, a dirimir “liderazgos” en una pugna en que personalismos y “predestinaciones” intentan ocultar la ausencia de proyectos de país y tesis doctrinarias. Mientras el pueblo sufre los rigores de la más severa, violenta y disolvente crisis nacional que hayamos enfrentado desde fines del siglo XIX, el liderazgo nacional se ve asaltado por “Ches Guevaras” de mentira y “Napoleones” de opereta, combinados en una farsa que no da risa, sino miedo.
 

Como en aquella sala del hace tiempo desaparecido Teatro Las Palmas, es en medio de esa oscuridad y de ese olor a incendio que debe hoy levantarse, desde ambos lados del espectro político venezolano, la voz de un liderazgo responsable. En el oficialismo tiene que haber gente que entienda que el capital político, social y afectivo del chavismo es formidable y que, aunque no haya sido nunca realmente un proyecto mayoritario, conducido responsablemente puede ser una fuerza que gravite durante mucho tiempo en la vida política, económica y social del país; En el ámbito opositor tiene que haber, además de voces serias como las de Capriles, Falcón, Aveledo y Ledezma, otras igualmente responsables que también entiendan y asuman la necesidad de transformar lo que fue una coincidencia electoral en una propuesta política y una fuerza social, capaz de brindar una salida pacífica, constitucional y democrática a esta delicada encrucijada nacional.


Esa es la voz que necesitamos oír justo ahora, cuando 2014 se acerca en medio de oscuros nubarrones: Una voz plural y coherente, que llame con valentía a la serenidad y a la moderación, y que tenga claro que Venezuela es un país, no un botín, y que por eso quienes luchan por el poder deben “hacer política” tratando de ser y hacer mejor que el otro, en vez de buscar “destruirlo”, porque “destruir al otro” es también destruir al país, ya que el país somos todos, ¡TODOS!


Si eso llegara a ocurrir entonces sí, ciertamente, habría amplias posibilidades de que 2014 sea un FELIZ AÑO NUEVO!

¡Palante!

Ahora más que nunca...
¡FUERZA, VENEZUELA!

16 comentarios:

  1. Sin desperdicio y compartido también en nuestro blog. Muchas gracias!

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  2. Espectacular artículo tocayo, que tengas un muy feliz 2014 y que Dios les bendiga a todos

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  3. Excelente, como siempre palabras serias y serenas. Feliz Año Chuo!!!

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  4. Excelenta asi habla chuo la verdad siga adelante

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  5. Ojalà este llamado a la paz entre todos los venezolanos tenga eco en quienes deben ser sus principales receptores: los dirigentes de las cuestiones pùblicas venezolanas, independientemente de sus afinidades polItico-ideológicas.@FGonzalezUPEL

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  6. Nada más cierto. Dios mediante Venezuela saldrá adelante cuando cada uno de nosotros ponga su granito de arena para reconstruir lo destruido, no sólo la infraestructura sino la moral, los valores, las relaciones interpersonales y el amor

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  7. Extraordinarias letras....Una profunda reflexion, que nace indiscutiblemente del amor y la necesidad de paz y tolerancia, que deben convivir como hermanas entre CIUDADANOS de un pais...Ojala haya alguien en el gobierno, que sea capaz de "copiarla" y dar el ejemplo..y en la acera del frente; las voces con temple e inteligencia suficientes, que sepan convocar a TODOS....Amen....

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  8. Muy bueno el artículo, mejor reflexión, si realmente quisiéramos rehacer el país, esa seria una forma de comenzar, actuando con tolerancia , sin egoísmos ,con entereza y ganas de limar asperezas ,pero parece que los dos bandos están dispuestos a echarse dientes , se comportan como niños de escuela ,si tu me haces, yo me vengo ,así no llegamos a ninguna parte, no estoy pidiendo que pongas la otra mejilla ,pero si que alguien utilice la materia gris y piense solo un momento antes de actuar.Venezuela , un territorio para querer ,donde desde el mas humilde hasta el mas orgulloso debería respetar , ya que nos ha dado su cobijo.Siento que hay que hacer un barrido y cambio de timón para poder salir a flote . Chuo Feliz año 2014 ,ojalá Dios quiera tendernos su mano y el pueblo decida realizar un giro de280grados

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  9. que palabras mas certeras en estos últimos días de este 2013...
    “Señoras y señores, la función debe continuar”. feliz año chuo y pa lante mi VENEZUELA...

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  10. Gracias Chuo, excelente reflexión. Dijo Rómulo Betancourt, "Este país de todos, debemos hacerlo entre todos" y es la simple verdad. Debemos ir más allá de la retórica y solucionar los problemas que tenemos, con visión de país en positivo, no para el ahora, pues siempre ha sido ese el problema: solo pensamos en el momento y en función de circunstancias. Debemos todos: ciudadanos y gobernantes trabajar por un país mejor perenne, que durante los años por venir hayan vías, proyectos y hechos que nos lleven legítimamente a ser una patria grande y soberana. También elevo mis plegarias para que comencemos en el 2014 con ello.
    Gracias por la esperanza de tus palabras y Dios nos permita verlas como realidad.

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  11. Excelente artículo y mejor reflexión. Ojalá los dirigentes políticos lo sepan interpretar Chuo. Feliz AÑO 2014 VENEZUELA.

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  12. Excelente, asertivo artículo que deberia llegar a ambos bandos políticos. Feliz 2014

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  13. Extraordinaria reflexión es por ello q te admiro tanto, llenas de esperanza y cordura estos días un abrazo gigante

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  14. Extraordinaria reflexión es por ello q te admiro tanto, llenas de esperanza y cordura estos días un abrazo gigante

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