domingo, 30 de abril de 2017

CIUDADANOS A LAS PUERTAS DEL CAMBIO...

 
1)    Los ciudadanos no somos “beneficiarios del cambio”, espectadores del mismo, “carne de cañón”, como dice el oficialismo, o simplemente “gente a convocar”, como a veces piensa la oposición.  En realidad los ciudadanos somos los propietarios del cambio, sus protagonistas, su encarnación.  Los ciudadanos SOMOS el cambio, o sencillamente el cambio no llegará a ser…  ¡Aunque el gobierno caiga!

 
2)    Los ciudadanos tenemos que COMPRENDER Y VALORAR como llegamos a esta situación en que el cambio es inminente. Durante mucho tiempo, grupos minúsculos pero ruidosos estuvieron gritando que “no tenía sentido” votar para elegir una nueva Asamblea Nacional “porque la trampa está montada, porque el CNE está vendido, porque el hacker ruso, el cable submarino cubano y el satélite chino cambiarán los resultados”.  Pero, a pesar de las leyendas urbanas, el 6D el pueblo democrático derrotó con su voto al Petro-Estado. Luego, en vez de reconocer su error o al menos callarse la boca, los “guerreros del teclado” volvieron por sus fueros, diciendo “no valió la pena votar… esos diputados no están haciendo nada… todo sigue igual o peor… todo fue un engaño”.  Pero, nuevamente a pesar de los radicales electrónicos, la existencia de un Poder Legislativo autónomo se hizo insoportable al régimen, tanto que tuvo que recurrir al Golpe de Estado con las sentencias 155 y 156 del TSJ y desnudar de esa manera su condición de dictadura.  Y en la lucha para enfrentar ese golpe de estado han sido precisamente los diputados del pueblo, los diputados de la Unidad, la vanguardia que dirige y da ejemplo. A la luz de los hechos, ¡Claro que valió y valdrá siempre la pena votar!

 
3)    De la misma manera, muchos (incluso algunos de sus protagonistas) se expresaron de manera despectiva del llamado “diálogo”. Esta vez no sólo fueron los “radicales” de siempre, sino muchos ciudadanos de buena fe y hasta algunos dirigentes políticos, de esos que están más pendientes de lo que dice el Twitter o el Instagram que de cumplir su deber como conductores y líderes.  Desde los “tibios”, que afirmaban que “eso no sirvió para nada”, hasta los más extremos, que llegaron a decir que “en octubre de 2016 el Régimen estaba caído y el diálogo sólo sirvió para darle oxígeno a la Dictadura”. Hoy resulta que el Régimen esta contra la pared porque el Consejo General de la OEA aprobó la aplicación progresiva de la Carta Democrática Interamericana, porque Mercosur expulsó de su seno al gobierno de Maduro, porque la ONU, la Unión Europea, y decenas de gobiernos están reclamando “cronograma electoral, libertad de los presos políticos, respeto a la Asamblea Nacional y apertura del Canal Humanitario”. Eso hoy todos lo aplauden, lo reconocen y agradecen… olvidando algo:  Tanto la OEA, como Mercosur, ONU, Unión Europea, etc., justifican su postura actual precisamente porque “el gobierno venezolano incumplió los acuerdos suscritos en el proceso de diálogo realizado a instancias de El Vaticano”.  Tan es así que la agenda cuyo cumplimiento reclaman esos organismos y gobiernos son las cuatro demandas hechas por la Santa Sede en la famosa carta de Monseñor Pietro Cardenal Parolin, de fecha 1ro de Diciembre de 2016.  De modo que (a pesar de los errores de forma y de fondo que se cometieron en ese proceso) sin el incumplimiento oficial a los compromisos del proceso de diálogo y sin la medular participación de El Vaticano en él mismo, no tendríamos hoy ni las cruciales victorias obtenidas en la OEA ni agenda que reclamar. ¡De manera que claro que valió y valdrá siempre la pena dialogar!

 
4)    Los ciudadanos debemos valorar, preservar y expandir los logros actuales: Este reencuentro del pueblo con el poder de su propia movilización, esta renovada relación de empatía y confianza con la dirigencia política expresada fundamentalmente en los diputados, tiene que ser cuidada y potenciada, no arriesgada por el voluntarismo ni sometida a desgaste innecesario.

 
5)    El cambio es como un avión:  Imparable, pues sus turbinas y su fuerza de inercia lo hacen ya indetenible. Pero si ese avión no define en que aeropuerto va a aterrizar, si no baja su tren de aterrizaje y si no realiza las maniobras adecuadas,  entonces se estrellará, poniendo en peligro a todos, tanto a los que están dentro del avión como a los que afuera esperan con entusiasmo su llegada.  En Venezuela el cambio no lo para nadie, eso es obvio hasta para la cúpula corrupta, cada vez más desesperada.  Pero precisamente por eso es necesario que el país conozca, debata y llegue a consensos fundamentales sobre lo que viene DESPUÉS del cambio político: Que tipo de gobierno, como se integrará, que programa va a aplicar y como se garantizará la gobernabilidad, son definiciones que tienen pleno derecho a conocer los ciudadanos que hoy día a día arriesgan su vida por sacar del poder a la cúpula corrompida.  Esos sacrificios no pueden ser luego recompensados con una “sorpresita” como la del “Decreto Número 1” de Carmona, o por una sucesión de gobiernos tan bien intencionados como inestables.  El cambio viene, si.  Los ciudadanos debemos exigir que se tomen todas las precauciones para que ese cambio sea para bien, y no un cambio como decía el malandro aquel: “¡Como sea!”



Estos son cinco puntos que sometimos a consideración de la Red Metropolitana de Organizaciones Vecinales, que nos invitó a participar en su pleno de ayer sábado 29 de Abril, y son los cinco puntos que venimos debatiendo en las reuniones y conversatorios que a diario realizamos en los barrios y urbanizaciones populares.  Estos puntos, y la necesidad de privilegiar en el discurso opositor y en el diseño de las protestas la preocupación por la crisis económica y su impacto social, creemos forman parte de lo que hay que hacer para seguir avanzando, derrotar la dictadura y construir en nuestro país la democracia social, económica y política que Venezuela necesita y reclama, en los términos previstos en la Constitución ¡Palante!

sábado, 22 de abril de 2017

EMERGENCIA, TRANSICIÓN, RECONSTRUCCIÓN


El país se ha reencontrado con el poder de su movilización y con una dirigencia democrática, encarnada fundamentalmente en los diputados de la Unidad, que asumiendo y compartiendo riesgos ha sabido reconstruir empatía con el ciudadano. Ya la nación y el mundo saben que no estamos en presencia de algunas “marchas”, sino de una lucha que no se detendrá hasta que en Venezuela se hagan elecciones libres y surja un Gobierno de Unidad Nacional. Por eso es hoy importante repasar, conocer y debatir algunos planteamientos que vayan más allá del muy necesario activismo. 

 
DEL DESCONOCIMIENTO AL GOLPE DE ESTADO ABIERTO


Para negar la voluntad de cambio del pueblo el régimen ha aplicado una continuada ruptura del hilo constitucional, que se expresó primero en el desconocimiento de la mayoría calificada que el pueblo dio a la Unidad Democrática en la Asamblea Nacional, luego en el bloqueo y robo del derecho constitucional a realizar un Referendo Revocatorio y por último en el Golpe de Estado perpetrado con las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, calificadas por la propia Fiscal General de la República como violatorias del orden constitucional.


 
DE LA CRISIS A LA EMERGENCIA


De esta manera, Venezuela no esta ya en “crisis”. EN REALIDAD LA NACIÓN ESTA EN EMERGENCIA: El Gobierno se sostiene sobre la base de violar la Constitución; Saqueo, ineficiencia y morbo ideológico han destruido la economía generando hambre y enfermedad; A corrupción,  politiquería y pago de una inmoral deuda externa el régimen dedica las divisas que niega a la alimentación, la salud, la seguridad y la educación. La “crisis” nos trajo a esta emergencia, en que la violencia ya no es una “amenaza” sino una realidad que ha cobrado mas de 20 vidas en apenas medio mes de protestas.


 
DE LA EMERGENCIA A LA TRANSICIÓN


Si esto que vivimos no es una “crisis” sino una emergencia, y si el régimen que enfrentamos no es un “mal gobierno” sino una dictadura, entonces la solución a estos males no puede ser simplemente la realización de unas votaciones, como si viviéramos una democracia normal.  La realidad es mucho más exigente: El objetivo de la sociedad democrática y de su expresión política, la MUD, no es sólo el cambio de gobierno sino el establecimiento en Venezuela de una democracia política, económica y social en los términos definidos por la Constitución de 1999.  


 
La estrategia general para alcanzar ese objetivo ha sido definida como “pacífica, electoral, democrática y constitucional”.  Llegar al poder en forma “pacífica y electoral” implica derrotar democráticamente a un régimen que no lo es.  Para eso hay que sostener el heroico esfuerzo que hoy esta haciendo el pueblo venezolano con la resistencia no violenta, junto al cerco internacional que cada día se cierra con más fuerza en torno a la dictadura, hasta que ambas líneas de acción asfixien al régimen y determinen la convocatoria de un cronograma electoral que contemple en breve la realización de las elecciones que nos deben (de gobernadores y alcaldes) y las elecciones presidenciales.


 
Ejercer luego el poder en forma “democrática y constitucional” podría implicar que el gobierno que surja de esas elecciones sea no un gobierno “de partido” o de “un grupo de partidos” sino un Gobierno de Unidad Nacional que actúe como GOBIERNO DE TRANSICIÓN, con una duración sensiblemente menor a un período constitucional ordinario y con una agenda que pudiera comprender puntos como estos:




1)    Libertad plena a los presos políticos, retorno de los exiliados, anular los procesos judiciales de persecución política y reivindicar la memoria de las víctimas de la represión e indemnizar a sus familiares.


2)    Atender con urgencia a las víctimas de las crisis humanitaria en materia de acceso a alimentos y medicinas.



3)    Promover el pleno restablecimiento y relegitimación de las instituciones y poderes públicos,  de acuerdo al texto y espíritu de la Constitución.

4)    Reinstitucionalizar el Poder Judicial, para que tribunales autónomos e imparciales ventilen las causas a que haya lugar contra peculadores masivos y violadores de derechos humanos, garantizando el derecho a la defensa de los implicados y logrando así que la transición sea un proceso democratizador sin persecuciones revanchistas y sin impunidad.

5)    Apoyar activamente el proceso de fortalecimiento institucional de nuestra Fuerza Armada Nacional, respetando escrupulosamente su ordenamiento legal, su estructura funcional, su apresto operacional y su liderazgo profesional y meritocrático, así como el fundamental principio D.O.S. (Disciplina-Obediencia-Subordinación), todo en el marco de lo establecido en el artículo 328 de la Constitución Nacional que consagra el carácter profesional y no partidista de la FAN como institución que se debe a la Nación y no a un partido o personalidad. 

6)    Auditar la catástrofe padecida por el país durante los últimos 18 años y promover los acuerdos necesarios para que el país pueda enfrentar y vencer esa catástrofe con un Programa de Reconstrucción Nacional que tenga el más amplio apoyo social, político, económico, militar, nacional e internacional.

7)    Convocar en el plazo más breve posible a elecciones libres con un Poder Electoral relegitimado y realmente autónomo, con observación internacional y sin la ilegal figura de los “inhabilitados” por triquiñuelas administrativas.




DE LA TRANSICIÓN A LA RECONSTRUCCIÓN



El gobierno que emerja de esas elecciones libres (ese sí, con la duración establecida en la Constitución Nacional, que tras el debate de rigor y mediante enmienda constitucional podría ser de seis años sin reelección o de cuatro años con una sola reelección) tendrá como marco la Constitución y el consensuado Programa de Reconstrucción Nacional. En su orientación, estructura y mecanismos debiera preservar la Unidad de los demócratas, para garantizar que la reconstrucción económica, física y moral de la República sea un proceso acelerado que devuelva a la sociedad venezolana calidad de vida como resultado de construir una economía libre, abierta, productiva, capaz de financiar una sociedad realmente justa, inclusiva y solidaria, que funcione en el marco de una democracia eficiente y transparente.


Es factible que sobre este tema, del “hacia donde”, existan otras ideas.  Es posible incluso que sean mejores que las aquí expuestas.  Pues bien: ¡Es hora de que, quien las tenga, las plantee! Por valerosa y sacrificada que sea una lucha, esta no llegará a su objetivo si el mismo no ha sido definido y consensuado. Hacerlo es urgente ¡Palante!

domingo, 16 de abril de 2017

“¡EL 19 BAJAMOS…!”

 
“Esos becerros del gobierno creen que lo van a hacer arrugar a uno con perdigones y bombas lacrimógenas”.  Así, tajante, con burla pero sin risa, me soltó sus palabras Manuel, un hombre de unos 50 años, habitante de uno de los barrios de la Cota 905. 

 
Cuando le pregunté porque el no temía a los equipos antimotines, me dijo: “Coño, Chúo, los malandros en el barrio tienen granadas fragmentarias y fusiles de asalto.  El más pendejo tiene una 9 milímetros con sobrepeine.  Uno en el cerro esta viviendo de ñapa, porque esos tipos no pagan muerto.  Si yo tengo que tragar gas lacrimógeno para tener un gobierno decente que nos proteja de los pranes, entonces lo haré una y mil veces.  Yo a lo que si le tengo miedo es a que la vida de mis hijos y mis nietos siga en manos de los criminales que dominan el barrio, gracias al gobierno que los cabronea…”

 
RAZONES PARA ESTAR RESTEADOS…

Esa es una de las razones por las que en los últimos días he sido recibido con la misma expresión en Caricuao, en La Vega, en El Cementerio, en Catia,  sin que quienes la dicen se hayan puesto de acuerdo:  “¡El 19 bajamos…!”.  Esta no es una consigna. Es la expresión de un pueblo que tiene muy buenas razones para estar resteado.

En efecto, este pueblo esta resteado porque sabe que aquellos que todavía no están hurgando en la basura para buscar que comer, en poco tiempo estarán haciéndolo, si la situación del país no cambia.

 
La gente esta resteada porque sabe que la semana que viene, el mes que viene, en cualquier momento, puede sufrir un ACV o un infarto si es hipertenso, o puede quedar sin vista si es diabético, o puede convulsionar si epiléptico, pues el tratamiento para tener a raya esas dolencias no se consigue y si se consigue es imposible comprarlo por su alto precio.

 
CHAVISTAS Y OPOSITORES, VENEZOLANOS TODOS, EN RESISTENCIA

Por esas razones es que la marcha democrática que el pasado jueves 13 de abril atravesó todo el oeste popular caraqueño fue multitudinaria:  Porque los vecinos de Antímano, Caricuao, La Vega, San Martín, El Paraíso, San Juan, Catia,  23 de Enero, Puente Hierro, Santa Rosalía, El Cementerio y El Valle, entre otros sectores populares, saben que el mayor riesgo que corren sus vidas es que la dictadura siga en el poder. No es un asunto de “política”, sino de sobrevivencia:  Si las cosas no cambian para bien, el venezolano de a pie sabe que en cualquier momento lo puede matar el hambre, la enfermedad o la inseguridad galopante.  

 
Y eso ocurre no sólo en los sectores populares de Caracas:  La vergonzosa estampida que en Guayana protagonizó Maduro al huir veloz de la furia ciudadana ocurrió no en una urbanización de clase media en Puerto Ordaz, sino en el popular San Félix;  La más encarnizada resistencia popular a la represión en Los Teques se produjo en “La Matica”, el barrio popular más antiguo de la capital mirandina, un espacio comunitario que antes era ampliamente dominado por el oficialismo y donde vivió, cuando aun era pobre, el anterior alcalde pesuvista del Municipio Guacaipuro. En Lara la furia asesina de los grupos paramilitares oficialistas, que hasta el presente ha cobrado ya cuatro víctimas fatales, ha tenido por escenario tanto urbanizaciones en Cabudare como algunos de los barrios mas populares de Barquisimeto. 

Así, en toda Venezuela, la Resistencia ya no es sólo una consigna que se oiga en las tradicionales zonas de confort de la oposición, sino que es un grito que retumba en todos los sectores sociales del país.  Para lograr ese cambio positivo que responda a las exigencias urgentes de los venezolanos es fundamental mantener presión de calle, y esa presión debe ser decididamente NO VIOLENTA, porque en ello reside la fuerza política y moral, nacional e internacional, de nuestra lucha.

 
LA ÚNICA “OPOSICIÓN CONVENIENTE AL GOBIERNO” ES LA DIVIDIDA

Debemos igualmente cohesionar la Unidad, porque la oposición que necesita el país no es una “oposición dura” haciéndole bullying a una “oposición blanda”, ni una “oposición blanda” interfiriendo iniciativas de la “oposición dura”. En  realidad, LA UNICA “OPOSICIÓN CONVENIENTE AL GOBIERNO” ES LA OPOSICIÓN DIVIDIDA, de allí lo absurdo de que, por ejemplo, siendo el estado Lara la entidad en la que con que con mayor saña criminal han actuado los paramilitares oficialistas asesinando hasta ahora a cuatro venezolanos, sin embargo hayan “opositores” que en vez de reclamarle esos muertos al régimen hayan pretendido cobrárselos… ¡Al gobernador opositor, a quien los paramilitares le asesinaron un oficial de PoliLara, Yei Amaro, una de esas cuatro víctimas fatales!

Para lograr el cambio necesario los ciudadanos debemos exigir conducción clara y apoyar con firmeza al liderazgo democrático.  “Conducción” no es solamente convocar marchas y protestas.  Es también indicar PARA DONDE nos llevan esas protestas y marchas. “Conducir” implica guiar hacia un lugar. Si todos estamos de acuerdo en que el cambio es “urgente”, es pertinente entonces que -en ejercicio de esa conducción- el liderazgo democrático explique al país concretamente en que consistirá ese cambio, lo cual permitirá construir las alianzas que permitan darle gobernabilidad al país y sostenibilidad al cambio, pudiendo todos de esa manera apoyar en forma más clara y decidida aun a nuestro liderazgo.



El 19A: RETO Y OPORTUNIDAD

Que el régimen debe salir es OBVIO hasta para los chavistas. Lograrlo en forma CONSTITUCIONAL, INCLUSIVA Y PACÍFICA es el reto. En ese sentido la movilización convocada por la Unidad Democrática para el próximo 19 de Abril es una excelente ocasión para que el país conozca lo que viene: El futuro de ESTABILIDAD, PROGRESO, DEMOCRACIA, INCLUSIÓN Y RESPETO, que todos merecemos y necesitamos.  Porque sólo conociendo el proyecto de futuro éste podrá ser apoyado por la inmensa mayoría, garantizando así que el cambio que inevitablemente viene sea una transformación sostenible y para bien. ¡Palante!