sábado, 9 de septiembre de 2017

¿ADÓNDE VAMOS?

 
El viernes 9 seguí subiendo cerros. Pero esta vez no estuve en Carapita de Antímano, ni en San Antonio de El Valle, ni en Píritu de Petare. El cerro que subí el viernes fue El Ávila, y el motivo de la escalada no fue diversión, excursión ni entrenamiento. Fui llamado por los habitantes de Galipán, personas cuya historia de amor con la montaña se remonta a seis o siete generaciones. Están muy preocupados, y con razón, los galipaneros: ¡A esos hermosos parajes ha llegado el “capitalismo salvaje”!


 
LA REVOLUCIÓN DEL BILLETE…



Y llegó de la mano de no menos salvajes “socialistas” que quieren depredar el ambiente y destrozar el modo de vida de esa comunidad, para hacer grandes negocios bajo el paraguas del dinero público. Denuncian los galipaneros que ha sido desviado el trazado original del Teleférico El Ávila-Macuto para que las Estaciones de ese sistema queden en las cercanías de unas parcelas adquiridas por gente muy poderosa y extraña a la comunidad, que colocará allí, al lado de las estaciones, sus posadas, restaurantes, miradores y ventas de chucherías.  

Tal “viveza” ha ocasionado, obviamente, “daños colaterales”: El trazado original del sistema no afectaba a los pobladores, sus viviendas y sembradíos. Pero el nuevo trazado del negoción rojo-rojito si se mete en las tierras de los pobladores autóctonos, invade sus parcelas y amenaza la estabilidad de sus viviendas. Agresión jurídica, intimidación armada y cayapa institucional han sido los instrumentos que, según denuncia documentada de los pobladores, han usado estos “revolucionarios” de chequera hambrienta y conciencia menguada para “convencer” a los campesinos -mediante la amenaza o la falsa oferta- de ceder sus tierras para “el avance del progreso”. El progreso de otros, por supuesto...  


 
“¿PA´DÓNDE VA ESTO, GALÁN?”



Nombres, apellidos, documentos, fotografías y mapas que detallan las denuncias de los galipaneros serán reveladas por Radar Venezuela a lo largo de la semana que hoy se inicia. Pero en estas líneas quiero narrar lo que ocurrió cuando, tras meternos por trochas inverosímiles y  laderas escarpadas, hicimos un alto para tomarnos el café que nos ofreció un vecino. Allí, en la rueda que hicimos para saborear la bebida humeante, Robert Hidalgo, el dueño de casa, rompió el silencio y -quizá expresando el sentir de todos- me preguntó: “Ajá Chúo, ya usted esta viendo lo que pasa en Galipán, pero ahora háblenos del país. Ya pasó todo lo que pasó, la represión mató a más de cien muchachos, estos tipos montaron su Constituyente y la comida esta por las nubes: ¿Pa´dónde va esto, galán?”


 
LA VENEZUELA DE MAD MAX, CASTRO Y MADURO


En esta Venezuela de la desesperación, en la que no pocos han optado por hacer de Reinaldo El Profeta, Adriana Azzis o Míster Popo Celestial sus “líderes de opinión”, siempre es prudente recordar que en vez de “profetizar” el futuro hay que intentar construirlo.  Y para ello es prudente tener en cuenta los escenarios posibles. Veamos entonces cual sería la respuesta a la pregunta “¿Adónde vamos?” si se impone la estrategia Castro-Maduro para el futuro inmediato venezolano. 

 
NICOLÁS, UN HURACÁN POR ENCARGO…


La dictadura de los Castro necesita “renegociar” los términos de su relación con Washington, luego que el presidente Donald Trump anunció la cancelación de la política de “cerco cauteloso” que Obama había desarrollado hacia la isla. Pero los Castro no saben ni quieren renegociar nada con nadie si no es desde una posición de fuerza, con instrumentos de presión en su poder. Y, tras la firma de los Acuerdos de Paz en Colombia, la única “amenaza creíble” que le queda a los Castro en el hemisferio es la posibilidad de que el agravamiento de la tragedia venezolana se transforme en una crisis regional, para así poder exigir concesiones al Departamento de Estado a cambio de sus “buenos oficios” para “suavizar” la intransigencia del régimen venezolano. Ese puede ser un buen plan para la dictadura cubana y para sus agentes criollos, pero para los venezolanos significa más hambre, más violencia, más muerte, para empujar a más compatriotas a huir hacia Colombia, Brasil, los Andes y el Caribe, generando así la crisis regional que le de una carta geopolítica a los Castro. 

Por eso la decisión de la ANC de quitarle competencias a la AN: Para hacer evidente la dictadura, y acelerar así el éxodo;  Por eso el plan de destrucción económica anunciado por Maduro la noche del jueves 7: Para acabar con lo que queda de la economía nacional y multiplicar la inflación, convirtiendo en estampida masiva la huida de muchos. No es ignorancia, no son errores; Es una estrategia, una receta: El régimen avanza en la construcción del caos, sirviendo así a la estrategia regional de los Castro, y seguro por otra parte de contar con el poderos alero de China, potencia imperialista interesada en tener en América Latina no un “aliado” sino una “cabeza de playa”.  Esa es la Venezuela de Mad Max, la Venezuela destruida, la que no nos merecemos.



SOLUCIÓN POSIBLE VS. DEMAGOGIA IMPOSIBLE



El otro escenario posible (POSIBLE, hemos dicho, no el óptimo, ni siquiera el deseable) es el de una Venezuela en que el liderazgo democrático de al país opositor las explicaciones que éste necesita para poder perdonarlo. Si. Así como suena: El país opositor desea fervientemente perdonar al liderazgo que le planteó que era posible -con la sola fuerza de “la calle”- detener la Constituyente y eventualmente hasta “salir del régimen” y que, tras no lograrlo, sencillamente llamó a votar en primarias y regionales, como si aquí no hubiera pasado nada, como si no fuera necesario un balance y una explicación. Ese liderazgo no tiene sustitutos, y el país así lo asume. Pero eso no lo autoriza a maltratar a sus seguidores.



Reconstruir la empatía entre el liderazgo democrático y el país que quiere cambio, retomar con fuerza y sin esguinces la única estrategia que ha sido victoriosa (la electoral y pacífica), colocar la lucha contra el hambre en el centro de la agenda política, superar la “épica” demagógica y luchar con y desde la gente, logrará que la actualmente solitaria Asamblea Nacional se vea acompañada en breve por decenas de gobernadores y centenares de nuevos alcaldes, que junto al pueblo en lucha y la comunidad internacional solidaria conseguirán la única victoria posible: Una transición a la democracia, pactada para que sea pacífica, pacífica para que sea sostenible, sostenible para que en diez años esto que vivimos hoy nos parezca una pesadilla lejana.



Eso le dije a mis amigos galipaneros. Y ellos me respondieron: “¡Si se puede! ¡Palante!”



No hay comentarios.:

Publicar un comentario